En una instalación Geotérmica aprovechamos la estabilidad térmica del subsuelo para obtener o disipar el calor, según la época del año, teniendo en cuenta que a partir de 5 metros de profundidad la temperatura terrestre se mantiene constante (en España, en la zona centro sobre los 15º).
Esta temperatura es pasada al agua de intercambiadores tubulares introducidos en sondeos y utilizada como fluido de condensación de bombas de calor consiguiendo muy altos y estables rendimientos durante todo el año (COP>5,5), gastando solo la quinta parte respecto a radiadores eléctricos, la tercera parte respecto al gasóleo y la mitad respecto al gas natural. Además, con este tipo de instalaciones, evitamos instalación de paneles solares térmicos que obliga a instalar el C.T.E para producción de agua caliente sanitaria.